Las promesas de Sofía
Hace cincuenta años la Reina prometió dos cosas a su padre. Y las ha mantenido.
Pablo era un hombre con un intachable sentido del deber, pasional, algo introvertido y tímido, buen lector, amante de la navegación, la música clásica y los animales. Sofía le adoraba y había heredado de él gran parte de su carácter. Cuentan que perseguía a su padre por los pasillos del palacio de Tatoi, residencia oficial de la familia real, con los cuentos completos de los hermanos Grimm en la mano. A Sofía no le importaba que el rey estuviera en medio de una audiencia y dicen que en más de una ocasión le leía un fragmento con el ministro de turno al lado. Hoy, doña Sofía sigue con la tradición y le lee a sus nietos cuentos de los hermanos Grimm antes de dormir. La relación entre Sofía y su padre era envidiable incluso para sus hermanos Constantino e Irene. Estaban muy unidos y ella era la preferida de Pablo. El 6 de marzo de 1964, hace cincuenta años, el rey falleció en Atenas al no superar un cáncer de estómago y su hijo Constantino heredó el trono. Antes de su muerte, nuestra reina le hizo dos promesas, la de no volver a comer carne y la de regresar cada año a Grecia. Y ha cumplido sus deseos.
(Fuente : Vanity Fair)
La Reina asiste con sus hijas, sus hermanos y sus sobrinos a la proyección en Atenas de un documental sobre su padre
Homenaje al Rey Pablo
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