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jueves, 29 de noviembre de 2012

La Reina acudió anoche de forma privada y por sorpresa al teatro







La Reina se sube a las tablas del Teatro Pavón





Este lunes por la noche, La Vida es sueño, obra de Calderón de la Barca que durante estos días interpreta la Compañía Nacional de Teatro Clásico en el Teatro Pavón de Madrid, ha contado con una espectadora muy especial: la reina Sofía. Tras visitar a don Juan Carlos en el hospital San José de Madrid y contra todo pronóstico, su Majestad apareció en la sala minutos antes de las ocho de la noche. A su entrada fue recibida por el director general del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), Miguel Ángel Recio. La consorte real disfrutó de la función, que representa Blanca Portillo en el papel de Segismundo junto a sus 14 compañeros de reparto, desde el patio de butacas. Su visita pilló a todo el mundo por sorpresa, pero la Reina no tenía en la agenda ningún acto oficial. Al finalizar la función, tras varios minutos de aplausos, la esposa del Monarca se levantó de su asiento y abandonó la zona desde donde había visto la obra con cierta rapidez. El público asistente no entendió las prisas de ésta. Tan sólo dos minutos después llegó la gran sorpresa: doña Sofía hacía su aparición sobre el escenario del Teatro Pavón de la capital para felicitar a todo el elenco de La Vida es Sueño, con Helena Pimenta en la dirección. Fue un saludo especialmente emotivo. Sobre todo para la protagonista, la actriz Blanca Portillo, recientemente galardonada con el Premio Nacional de Teatro 2012 por "su valentía al asumir nuevos retos escénicos y su defensa del teatro como compromiso con la sociedad". La ovación por parte del público se hizo todavía más sonora. Tras felicitar uno a uno a los actores, su Majestad puso de nuevo rumbo a Zarzuela. Su sonrisa delataba la satisfacción personal que sentía por haber elegido esta función. El teatro, al igual que la ópera, es una de las aficiones favoritas que practica siempre que puede, aunque, como en esta ocasión, su marido se recupere en el hospital de una operación de cadera. La Reina se mostró muy cercana con el público, que no dejaron en todo momento de saludarla. Especialmente, con el menos afín a la monarquía: adolescentes y estudiantes, que abarrotaban la sala ya que el precio de la entrada los miércoles de cada semana tiene un descuento considerable. A su salida, el revuelo también fue mayúsculo.

Fuente: Vanitatis















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