La rutina marinera se ha instalado en Marivent. Ayer, nueva jornada náutica para la reina, la infanta Elena y sus hijos Froilán y Victoria y los cuatro retoños de los duques de Palma. Solo una novedad. Si el pasado lunes se dejaron fotografiar desde la distancia, en esta ocasión parecieron huir de los focos. Todos en el interior de la Somni para partir desde los muelles de Porto Pi. De nuevo el club de Cala Nova se convirtió en punto de partida. Otra negativa al curso de vela, mejor familia en alta mar. Así que pasadas las doce del mediodía, doña Sofía, que de nuevo llegó hasta el pantalán conduciendo su propio coche, ayudó a subirse a la lancha a una simpática Irene, la benjamina de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, que optó por protegerse del sol con unas divertidas gafas de color fosforito. Cerca de ella su prima Victoria, que parece haberse convertido en su protectora. La primogénita de los reyes, mientras la tripulación ponía en marcha la Somni, optó por untarse crema protectora en la cara mientras que Froilán, esta vez sentado en el interior, hablaba con su abuela que, por un momento, pareció saludar a los medios que, desde la distancia, captaban la escena. Juan, Pablo y Miguel, también al refugio de la brisa marina, no parecían muy felices. Las últimas noticias apuntan a que mañana jueves podrían regresar a Barcelona, donde permanecen sus padres.
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